Las relaciones entre clientes y entidades bancarias se desarrollan en una situación de claro desequilibrio para el consumidor, como antes de firmar una hipoteca con el banco, o cuando ya la has firmado y te han impuesto cláusulas suelo, cláusulas de asunción de gastos hipotecarios, cláusulas IRPH u otras cláusulas abusivas similares, cuando el Banco ejecuta tu vivienda habitual o te llegan embargos, o cuando te cobra comisiones bancarias injustificadas.