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La adquisición de una finca o de cualquier inmueble requiere de un contrato que puede realizarse en documento privado o en escritura notarial. En ambos casos, es preciso conocer cuál es el contenido de cada una de las cláusulas del contrato, siendo conscientes de los derechos y obligaciones que asumimos, tanto civiles como administrativas (impuestos, tasas, gastos notariales y del Registro de la Propiedad). Términos como arras penitenciales, opción de compra, cargas financieras preexistentes (hipotecas, afecciones fiscales, embargos…), servidumbres, usufructos, derechos de uso, fianza, aval etc, son cuestiones que deben ser analizadas con rigor para evitar problemas futuros. También hay que solucionar problemas en El Registro de la Propiedad y en el Catastro.

Cuando alquilamos una vivienda o local de negocio es imprescindible redactar un contrato de arrendamiento que se ajuste a nuestras necesidades, así como interponer la demanda de desahucio y reclamación de rentas cuando el inquilino incumpla el contrato.